Todo material que pasa por las manos de Agustín Alezzo corre un destino mágico de adaptación. Pocos directores han logrado darle vida a obras con temas complejos, manteniendo un estilo sencillo y lúcido. En “Vuelo a Capistrano” Alezzo logra, una vez más, abordar con calidez una trama en la que la libertad, la existencia, las ganas de vivir y la muerte se hacen presentes segundo a segundo. Material doloroso, pero contado desde un lugar sin pretensiones y con tintes de humor, que nos permite sentirnos cómodos e identificarnos con esas historias. Una entrañable poética en los textos de Gorostiza, una sincera actuación de Daniel Fanego, Emilia Mazer y María Ibarreta.